Normalmente, la decisión más compleja a tomar de cara a la organización de los viajes de fin de curso es el destino al cual se realiza. Y es que en Respira Ocio y Tiempo Libre ofrecemos tantas posibilidades de viajes de fin de curso como destinos increíbles hay. La elección de este hecho va a determinar el enfoque del viaje, y las actividades que lo conformarán.
Entre los destinos más habituales y solicitados contamos con aquellos que implican una estancia en zona de playa. Sobre todo para aquellos grupos que viven en ciudades lejos del mar, el verano está irremediablemente asociado a la costa, por lo que un viaje de fin de curso cuyo centro sea la playa y las actividades náuticas cuenta ya con un enorme atractivo.
Pero, aunque la más popular, la playa no es la única estrella de los viajes de fin de curso. Los viajes a zonas de montaña ofrecen grandes posibilidades, sobre todo en relación con las actividades multiaventura que se pueden realizar en estos entornos. Además, existen destinos privilegiados cuya situación les permite combinar tanto actividades náuticas como de montaña, por lo que ofrecen un planing de lo más completo y variado.
Otras veces, por la edad del grupo de participantes, el objetivo de los viajes de fin de curso no es tanto una estancia de cuatro o cinco días, como una excursión de un día. Esta configuración hace que gane también mucho peso las estancias en entornos naturales que ofrezcan una salida distinta a las habituales excursiones de colegio.
Sea cual sea el destino elegido, lo común a todos viajes de fin de curso es tratar de inculcar al grupo de participantes la importancia de aprender a disfrutar de entornos distintos al acostumbrado, sobre todo cuando estos espacios son implican un contacto con la naturaleza, para aprender a disfrutar de ella y respetarla.
